8 de enero de 2014

Alligator farm


Para los que os guste la playa, fiesta desmadrada y el clima tropical... Miami es vuestro sitio, pero a mí me cansa esto más de dos días seguidos y he tenido la tremenda suerte de encontrar gente con mi misma idea, así que nos hemos lanzado a descubrir más sobre la zona.


Vista la fauna que habita sus playas... nos decantamos por ir a ver a los auténticos animalitos. Y sin duda no se puede abandonar la zona sin aprovechar para ver cocodrilos y caimanes, y es que Florida es el único rincón del mundo en el que podréis encontrar ambas especies en convivencia (algo he aprendido en este viaje eh:))












Lo cierto que ante la pregunta de si me gustan los animales siempre digo que sí... pero no soy una de esas personas/ ONG que colecciona mascotas en su casa.... me gustan, pero lejos... jejej. Pero la verdad que este tipo de especies me despiertan especial curiosidad... y no todos los días tiene una la oportunidad de tener un caimán en sus manos.



 



Este parque es una especie de reserva para reptiles y otras especies de la zona. Hemos visto cientos de cocodrilos, aves espectaculares (aluciné con el tamaño de los pelícanos) y hasta un puma (si os lanzáis a la aventura de adentraros en la “jungla” de Florida, ojo con lo que os podéis encontrar….). Lo único que me ha quedado pena es no haber visto los flamencos, otra especie que me resulta especialmente graciosa.


Ya de camino nos encontramos con otros ejemplo de fauna autóctona...




Pero bueno, la atracción principal, sin duda, los “lagartitos". Hemos tenido la oportunidad de verlos en todas sus etapas de crecimiento, año a año. Qué monos, parecen inofensivos...


Pero la verdad que ver a los grandes ¡impresiona! Asistimos a dos espectáculos: el típico de “a que me atrevo a meter la cabeza dentro de la boca del león” (en este caso un caimán o cocodrilo. Lo siento pero cuando explicaron las diferencias estaba un poco ausente) y otro dándoles de comer... Yo pasé de las gradas, me senté directamente al otro lado de la vaya, viéndolos lo más cerca posible. Lo cierto es que impresiona ver como este dinosaurio se mueve directamente hacia ti. Esto si es realmente un monstruo.




Fijaros en la patita de este... pero tranquilos, se desplazaba sin ningun problema.




¿Os habéis fijado en el tamaño de un diente de cocodrilo?






¡Ah, me olvidaba del airboat! Totalmente de película. Nos han hecho un tour por el río montados en esta super lancha motora. A la carrera, jajaj. Hemos acabado empapados pero ha sido divertidísimo. Me alegro de haber llevado chanclas, porque el agua nos llegaba a los tobillos, jajja. Lo más gracioso,  un bebé sentado a mi lado, todos preocupados pensando que la pobre lo pasaría fatal... calculo que no tendría más de 6 meses y disfruto del viaje como una enana que es, jajajj. Se lo pasó genial.














 Menos mal que esto fue antes de ir a ver el show de alimentar a los cocodrilos, porque viendo como trepan a la verja... el río está plagado de cocodrilos y el cuidador nos dijo que puede pasar que se suban al barco, pues es mucho más bajo que la vaya... ¡menos mal que esto nos lo contó después!
 



Y ya que todo tenía que ver con cocodrilos... No pudimos resistirnos a probar la carne de este reptil. Está bueno. Sabe a pollo pero la carne es un poco chicle. Pero a mí me gustó.

 







Bueno, en definitiva, una experiencia super divertida.




No hay comentarios:

Publicar un comentario