Tras
nuestra visita a Luarca y en vista de que todavía nos quedaba toda la
tarde por delante (Luarca no es demasiado grande), decidimos aprovechar nuestro
escueto fin de semana haciendo de él lo máximo posible. Así que seguimos
nuestra ruta asturiana y, no sé cómo, acabamos en Cudillero. Y la verdad, ¡fue
un acierto! Me encantó el pueblo. Pueblecito. No necesitareis ni más de una
hora para visitarlo. Pero para mí sin duda ha merecido la pena. Una escueta
parada para estirar las piernas después de tanto coche y para deleitarse con un
pueblecito de postal.
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