Pasado acción de gracias, se ha abierto ya la veda para comenzar con la decoración navideña, y ya puestos en materia, nos hemos lanzado directamente a por el árbol.
Hay puestos donde venden abetos en cada calle pero, en busca de un ambiente totalmente navideño, nosotros nos hemos ido a una granja de árboles; un sitio precioso lleno de arbolillos de todos los tamaños. Una vez allí, te das un paseo, eliges tu favorito y tú mismo lo cortas y te lo llevas:)
Lo cierto es que fue muy gracioso ver como de todos los coches con los que nos íbamos cruzando por el camino, la mitad llevaban un árbol encima. Y lo mejor una vez allí, el olor: incluso nuestra casa ahora huele a pino ;)
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