Antes de venir a los Estado Unidos, creo que había pisado un restaurante chino una vez en mi vida. Desde que estoy aquí, voy a algún restaurante de otro país como mínimo una vez por semana :)
Esta vez, nos hemos decantado por probar el coreano; la barbacoa coreana, para ser más exactos.
Lo cierto es que os lo recomiendo. Eso sí, un consejo, buscaros uno donde la carta esté traducida, o al menos con fotos, porque como es traigan el menú en coreano (que puede pasar) la lleváis clara.
La verdad que el restaurante no se parece en nada a lo que me podría esperar: nos encontramos un local hecho de lata, al más puro estilo chiringuito veraniego;) Desde luego no contaba con encontrarme esto a las afueras de Washington, pero la verdad que nos resultó gracioso.
Tú pides lo que quieres y lo cocinan en la mesa, así que ves en todo momento que es lo que te están preparando. Lo que si que no tienes ni idea es de qué son los 15 tipos de salsas diferentes que ponen en la mesa, pero lo cierto es que están buenas.
La verdad es que la comida nos gustó mucho, aunque prepararos para salir con olor a barbacoa: es lo que tienen que te cocinen delante:)
Ya con ganas de volver para probar más cositas nuevas, que aquí por restaurantes del mundo no será. ¡Ah, y a practicar el comer con palillos!
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