Lo prometido es deuda. Me quedaba contaros el último fin de semana, así que ahí va.
NY está constituido por 5 zonas
(Manhattan, el Bronx, Queens, Brooklyn y Staten Island), de las que hemos
recorrido dos este fin de semana. ¡¡¡ Que dolor de pies!!!
El sábado a primera hora hemos
embarcado en nuestro primer metro del día, rumbo a Brooklyn. Hemos ido a
visitar el parque botánico, todo al aire libre, muy grande, seguro que
increíble en primavera. La verdad, mi parte favorita es el jardín japonés: precioso, realmente sientes como si viajaras. Ah, y de camino, nos hemos encontrado un coro góspel
en la alameda, a pesar de lo desapacible del día.
La lluvia intentó estropearnos el
resto del paseo, pero la verdad que el lugar se presta a caminar por allí
durante horas.
En busca de un lugar donde resguardarnos,
nos fuimos al museo de Brooklyn. 12 dólares la entrada para un museo de 5
plantas en el que una vez estás dentro te entretienes… pero la verdad que no os
lo recomiendo! Es aburridísimo y no tengo ni idea de cómo organizan aquí las
cosas, porque la verdad que la mezcla de objetos que hay en el museo y su
disposición caótica hacen la experiencia más agobiante todavía. Lo cierto es
que fue para nosotras un alivio salir por fin del museo.
Eso sí, al terminar ya había vuelto el
sol, ¡y con ganas! Así que seguimos de
paseo y nos fuimos a ver el famoso puente de Brooklyn, que ofrece unas vistas
estupendas de Manhattan al otro lado del río (ah, y de camino otra imagen de
película hollywoodiense: niños en la calle vendiendo limonada, jajjaja).
Para cuando nos acordamos de comer ya
eran las 4 de la tarde ;). Así que de regreso a Manhattan, comida y paseo:
de nuevo vistas del Empire State, Times Square, Broodway, Soho… nos hemos
parado en un parque estupendo a ver a unos bailarines alucinantes y como
la gente se reúne para tocar música y cantar a coro la canción que uno decide
comenzar… una escena estupenda. Hasta nos hemos encontrado un grupo
musical de budistas… Y de camino, me encontré con un policía que me dijo que le gustaba mi camiseta... jajaj. Aquí los polis son super majos, al menos cuando los coges de buenas, porque si te encuentran haciendo algo que no debes no lo son eh!!. Y al hotel, que la
noche se nos echa encima y hay que reponer energías para salir.
¿¿Que cómo fue la noche en
Manhattan?? Dejadme reunir todas las
fotos primero y os lo cuento con calma la próxima vez ;)
Domingo: pocas horas de sueño, dolor
de pies y ganas de un día de reposo antes de volver a casa… plan perfecto para
semejante combinación: pasar las horas muertas por Central Park.
Después de un estupendo desayuno y de visitar la terraza del hotel, nos hemos ido andando y por el camino nos hemos parado en el mercadillo (los domingos cortan algunas de las calles de la ciudad y celebran un mercadillo ambulante con comida, ropa, relojes... casi todo lo que quieras ¡y muy bien de precio!). Nos hemos ido a comer al parque (no se me
ocurre imagen más típicamente americana que comer un perrito caliente de
camino), hemos parado a ver el reloj del zoológico, con figuras de animales,
que se activa cada hora moviéndose como un carrusel [lo que yo llamo
entretenimiento para turistas].
Y de ahí tumbarse al césped y coger todos los
rayitos de sol que se pueda… reposo y de vuelta a casa. Por el camino, como no,
entrar en todas aquellas tiendas que llaman tu atención: nos encontramos una de
caramelos de 3 plantas, jajaj.
De nuevo metro y más compañía española de
vuelta a casa, para amenizar el viaje compartiendo experiencias.
Por fin en casa y directa a dormir! No
me dio tiempo de más, jaj.
Pero sin duda con ganas de volver a NY
pronto. Cuanto más conozco más me gusta.
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