Os lo prometí y os lo debo.
El sábado tocó por fin celebrar el
cumpleaños y nada menos que en Nueva York, así que la espera mereció la pena. Sin
duda la fiesta de cumpleaños más increíble de mi vida, en la azotea de un hotel
en pleno Broodway. No tengo ni idea de cómo llegamos allí, pero tengo una
amiga, que tiene una amiga que tiene una amiga… que conoce a una organizadora
de fiestas, gracias a la cual entramos en el hotel y estuvimos toda la noche a
copas, todo GRATIS! Me encanta esta palabra, y aquí la digo mucho, algo que desde luego no me imaginaba antes de
llegar a USA.
Salimos del hotel rumbo a Broodway.
Le estoy cogiendo un asco al metro de
NY… Es enorme y para llegar a algunas líneas tienes que bajar casi hasta el
infierno (lo digo por la profundidad y por el calor que hace). Este metro no es
recomendable para novatos, pues tienes que estar pendiente del color de la
línea, la dirección, las conexiones, el número de tren… porque en la misma vía
pasan muy distintos trenes y los carteles no están nada claros… Y a veces sale
bastante caro, pues algunas líneas están cortadas por obras o no tienen buenas
conexiones, de modo que te hacen salir del metro, cruzar la calle y volver a
entrar para acceder al otro lado y poder llegar a la dirección contraria, lo
que te obliga a volver a pagar.
Sin embargo me gustan los taxis. Son
super limpios y espaciosos. Además tienes una pantalla de televisión donde
puedes ver lo que quieras, incluso el recorrido del taxi, así te aseguras que
no te están dando rodeos innecesarios… Es facilísimo coger un taxi en NY; sólo
tienes que acercarte a la calzada y levantar la mano, jajaja. Y cruzar
Manhattan te cuesta entre 10 y 15 dólares, así que no sale caro y llegas
enseguida. Entre 2 personas sale genial de precio, poco más que el metro y es
mucho más sencillo.
Bueno, a lo que iba: La fiesta. Éramos
dos celebrando nuestros cumpleaños y la noche fue estupenda.
Nos dirigimos a la parada de metro que nuestra amiga nos indicó
y de ahí al hotel.
Al llegar a la puerta nos recibió un portero con una lista
de invitados. ¿Y ahora qué hacemos? Que preguntemos por Audrie. ¿Y quién es
Audrie? Ni idea, pero funcionó, jajaja. Nos
dejaron pasar y en el ascensor nos encontramos con otro portero talla armario
empotrado que nos envió directas a la azotea! Flipante. Todo lleno de gente en
una terraza abierta con sofás, gogo, dj, y diferentes ambientes. ¿Que empieza a
llover? Pues la cristalera se cierra y puedes seguir disfrutando de las vistas
sin problema. ¿Y las copas? ¡Todo a cuenta de Audrie!
Además la chica se lo trabaja. Constantemente
enciende pequeñas bengalas y regala todo tipo de objetos que desprendan luces
de colores (a mí me toco un anillo J).
Esposadas. |
Menudo revuelo se montó porque
había unas caretas en forma de caballo y una chica robó una... por poco
suspenden la fiesta porque la cabeza no aparecía… jajjajaj.
Además, por ser nuestros cumpleaños, a
mi amiga y a mí nos dieron una copa de champagne, y no sólo el contenido, sino
también la copa, jajaj, en recuerdo de nuestro cumpleaños en NY.
La verdad es que ya no recordaba la última
vez que salí sólo a bailar toda la noche… y poder hacerlo durante horas, encima
de un sofá y descalzas (lo cual agradecieron nuestros pies doloridos después de
todo el dia caminando) fue genial!
Y que gracia me hizo el final de la
noche, cuando se me acerca una chica a la que estuve mirando toda la noche
porque me encantaba su vestido, y me dice: me encanta tu vestido, jajajjjaaj. ¡qué
casualidad! ;)
Y de ahí a por un taxi y a descansar unas horas antes de volver a Central Park y a disfrutar un poquito más de la ciudad.
Me encanta este momento Carrie, recorriendo NY subida en unos taconazos. Gracias Flor! :) |
jODER que divertido parece todo
ResponderEliminarQue envidia!!!!!! Me quedo con lo bien que te lo has pasado y lo que te lo mereces!!!!! un beso bombón!
ResponderEliminar;)
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