14 de agosto de 2013

Viaje a la costa


Mi family se ha ido de vacaciones, por lo tanto a mí también me toca pasar estos días en la casa de la playa;)

Tras varias horas de coche por una de las principales vías de evacuación del país, de más de 100 millas de carretera totalmente recta (jiji, ya hablo en millas, en vez de en km), hemos llegado a Outer Banks, un tramo de 209 kilómetros de islas.



Para llegar aquí obviamente hemos pasado por multitud de puentes. He pasado por algunas de las construcciones más inverosímiles de mi vida: un puente curvado en el centro, para que los barcos puedan pasar por debajo (es como una especie de montaña para amenizar la ruta, jajaj), un túnel que desciende muuuuy por debajo del nivel del mar, para que los grandes barcos puedan pasar por encima... y he cruzado algún puente larguísimo donde lo único que ves al rededor es agua... da la impresión de cruzar el estrecho de Gibraltar en coche.



 Una vez aquí nos hemos instalado en Kitty Hawk, una de las más conocidas zonas para los amantes de la playa y el surf, pero más tranquilo y menos masificado que otras zonas como Corolla. 

La casa es impresionantemente grande, el mar está solo a una casa de distancia y el agua... recién salida del Golfo de Méjico:) Lo cierto, es que cuando llegas a la toalla, a 10 metros de la orilla, ya estás seca. 




 ¡Y ahora a disfrutar de la playa! Que gusto salir de casa sólo con el bikini y la toalla, sin zapatos ni nada más innecesario en la arena ;) 



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